Pocas veces Tucumán tuvo la posibilidad de negociar con su principal acreedor con tasas bajas para el mercado y a un plazo de pago de hasta 20 años. Más aún, ese acreedor -la Nación- le dio un año y medio de gracia para no abonar el capital de la deuda. Sin embargo, la tentación a incrementar el gasto público sigue latente, ya que hasta el 31 de diciembre del año que viene seguirán suspendidas las medidas de contención del gasto y del endeudamiento, contempladas en la Ley de Responsabilidad Fiscal.

La semana que transcurrió, el gobernador José Alperovich reconoció que la provincia le debe a la administración federal $ 3.320,6 millones. Aceptó que los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) que le debía la gestión de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner desde 2009 y que fueron calculados en $ 488,8 millones, sean destinados a cancelar parcialmente la deuda anterior. Y cedió, irrevocablemente, al Tesoro Nacional esos aportes. "Pata patero", definió el propio gobernador José Alperovich cuando LA GACETA le consultó sobre la compensación de saldos con los ATN. Así, quedó en claro que la deuda tucumana a refinanciar con la Nación será de $ 2.831,8 millones, a 20 años, con un año y medio de gracia.

Pero, en una addenda del convenio multilateral, Tucumán también acordó desistir de la acción respecto de dos juicios que pueden poner en riesgo las finanzas:

Tucumán asumirá todo pago que el Estado Nacional deba realizar en relación con el laudo arbitral dictado el 20 de agosto de 2007 en el arbitraje caratulado Compañía Aguas del Tucumán y Vivendi Universal contra la República Argentina (caso Ciadi ARB/97/3), que se tramita en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones. "En tal caso, el modo en que esos importes les serán reembolsados al Estado Nacional deberá ser acordado entre ambas partes", dice el texto del convenio. La Nación deja abierta la posibilidad de refinanciar una eventual deuda.

Tucumán, además, se compromete a resolver las diferencias de las obligaciones previsionales a su cargas destinadas al Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), que a la fecha se encuentran pendientes de cancelación. En este aspecto, la Provincia deberá resolver la diferencia junto con la AFIP: Y "se procurará que la programación financiera se adecue al normal desenvolvimiento de sus finanzas", acota el texto. No hay cálculos oficiales acerca de esta deuda, pero algunos expertos sostienen que puede rondar los $ 500 millones.

Tal como lo dijo Cristina de Kirchner durante el acto en la Casa Rosada, el ministro de Economía, Jorge Jiménez, afirma que -con este plan- Tucumán se saca la histórica Espada de Damocles. "Marca un punto de inflexión, un antes y un después en la historia de las finanzas públicas provinciales", dijo el funcionario en una entrevista concedida a LA GACETA. Estas es la charla.

-¿Cuál es el efecto proyectado de este programa?

-La clave para esta o las próximas gestiones de gobierno es una administración responsable. Si esa política -vigente en este momento- se mantiene en el tiempo, seguramente que Tucumán definitivamente vivirá con recursos propios. Insisto: la clave está en contener las demandas de mayores gastos. Es cierto que la sociedad exigirá cada vez más al Estado mayores y mejores servicios, pero es imprescindible cuidar el dinero.

-¿Cómo se instrumentará?

-Esto ayuda a lo que llamamos el efecto liquidez. La Nación no nos dará más plata, pero el programa sin dudas significa que la Provincia tendrá coparticipación adicional durante el año y medio de gracia. Pero también tiene la responsabilidad de cumplir con el pago regular de otras deudas, como es el caso de los Consadep, o los créditos tomados en organismo internacionales. Hay un esfuerzo realizado por esta gestión de restringir el gasto y eso no debe abandonarse. La meta para este año es ahorrar unos $ 420 millones. Lo dijimos a fines de 2009 y lo ratificamos ahora. Vamos en ese camino.

-¿No se usarán las líneas de créditos ofrecidas por organismos como el Banco Mundial o el BID?

-Sólo las que corresponden a planes integrales de infraestructuras. Las líneas directas no las tomaremos. Hay una clara decisión política de no endeudarnos. Si no lo hacemos en los próximos dos o tres años, seguramente tendremos otro Tucumán. No vamos a tomar la línea directa de U$S 100 millones ofrecida en su momento.

-¿Qué sucederá con la próxima gestión en materia fiscal?

-Seguramente tirarán bombas, porque esta decisión que tomó el gobernador Alperovich, de sumarse al Plan de Desendeudamiento, no sólo es un trabajo para este mandato sino también para las gestiones que se vienen. La deuda pública dejará de ser esa gran mochila que todos criticaban. Y esta gestión lo fue haciendo desde 2003. Sólo basta recordar que en aquel año la deuda representaba tres y medios presupuestos y hoy sólo es el 60% de uno. Hemos cuidado la caja de la provincia.